

¿Qué sabemos de Megafón?
El Introito de la obra da las primeras pistas:
- ‘‘Conocí a Megafón en 1921 y en la Biblioteca Popular Alberdi…’’
- ‘’nunca supe su verdadero nombre…’’
- ‘‘desde el centro del ring, anunciaba ya con un megáfono de insólita envergadura…’’
- ‘‘de aquel megáfono descomunal provenía el nombre de Megafón…’’

Memoria
‘‘Yo, en tu lugar, buscaría en el pueblo la vieja sustancia de héroe. Muchacho, el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria’’.
‘‘Rapsodia II’’ (Megafón o la guerra)

Una fecha
‘‘De pronto me llegó desde el oeste un rumor como de multitudes que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia: el rumor fue creciendo y agigantándose, hasta que reconocí primero la música de una canción popular, y enseguida su letra: ‘Yo te daré/ te daré, Patria hermosa/ te daré una cosa/ una cosa/ una cosa que empieza con P/ ¡Perooón!’. Y aquel ‘Perón’ resonaba periódicamente como un cañonazo. Me vestí apresuradamente, bajé a la calle y me uní a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Vi, reconocí y amé los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder (…) Desde aquellas horas me hice peronista’’.
Leopoldo Marechal: 17 de octubre de 1945.

Megafón y las tres banderas
Megafón está convencido que las conocidas tres banderas jamás deben ser arriadas. Además de su valor simbólico del cual Megafón sabe más que nadie, piensa que como en viejas épocas debe otorgarles su valor real, material, más allá del mundo de las ideas.
La justicia social aporta el ingrediente humanista que toda sociedad que se aprecie a sí misma debe promover.
La independencia económica es un valor en sí mismo. Adecuada a los tiempos que corren Megafón se empeña por evitar que le bajen el precio tratándola de anacrónica.
Lo mismo pasa con la soberanía política que de la mano de las dos anteriores incluye el conjunto de ideas características de todo Estado constituído en nombre de una Nación.
A pesar de los vericuetos de la historia, Megafon sabe que la identidad no se oculta ni se vende por ser esencial a todo movimiento nacional.
Abandonar las ‘‘3 banderas’’, no ponerlas en práctica, es renegar de nuestro destino, cosa que Megafón nunca aprobaría.

Escudo
Megafón piensa en un escudo que identifique y distinga a su pueblo de otros más allá del plano meramente estético. Atraído por la heráldica, siente especial predilección por aquellos emblemas referidos a los Estados soberanos. Estudia sus colores, estructuras y sus principales puntos y secciones de manera que, cuando tiene oportunidad e interlocutor dispuesto a escucharlo, se explaya en sus comentarios sobre el tema. Valora la importancia de cada uno de los elementos constitutivos de esos emblemas, de la ubicación que tienen dentro del espacio y la relación establecida entre ellos. Busca un estandarte que refleje la tradición y la historia y donde ocupe un lugar central la representación de una parte fundamental del cuerpo humano, punto focal de un escudo con pretenciones populares y encuentra esa mano tendida que ayuda y levanta, que ampara y proteje, que cuida y consuela a otra necesitada.


Cide Hamete Benengeli. Historiador arábigo.
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Cide vivió en al-Ándalus en los siglos XIV o XV.
Un conocido español escribió, a principios del siglo XVII, que halló manuscritos de su autoría.
Hay sospechas de su presencia en el siglo XIX y documentos del siglo XX que podrían ser apócrifos.
Apareció recientemente por la zona norte de Rosario preguntando por Megafón. Los testigos que dialogaron con él creen que tiene información o familaridad con Megafón pero que no la revela.
Cide es colaborador free-lance anónimo de esta web.
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